ENTREVISTA AL BIBLIOTECARIO COREY WITTIG EN SU VISITA AL INSTITUTO INTERNACIONAL
INTERVIEW TO COREY WITTIG DURING HIS VISIT TO THE INTERNATIONAL INSTITUTE
El pasado 15 de abril el bibliotecario Corey Wittig estuvo en Madrid participando como ponente en la jornada “Somos Biblioteca: compartir espacio, compartir talento” gracias al apoyo de la Embajada de los Estados Unidos en Madrid. Además impartió un taller “Maker Space” de video para adolescentes usando la técnica “Stop Motion” en el American Space Madrid, ubicado en el Instituto Internacional. Aprovechando su visita desde la Biblioteca del Instituto hemos querido hacer una breve entrevista que nos ayude a entender mejor el valor de estos espacios “Maker” que fomentan el trabajo creativo y cooperativo en las bibliotecas.
Corey completó sus estudios universitarios en literatura inglesa con un máster en ciencias de la información de la Universidad de Pittsburgh. Desde el 2011 coordina el proyecto “The Labs @ CLP” (Carnegie Library of Pittsburgh Teen Learning Lab). Como bibliotecario especializado en aprendizaje digital y en adolescentes ha dirigido el diseño e implementación de esta red de laboratorios de aprendizaje, dentro de los servicios para adolescentes de su red de bibliotecas. Los Labs @ CLP pretenden ofrecer a chavales la oportunidad de experimentar y crear con todo tipo de medios digitales con ayuda y orientación de mentores (artistas locales y profesionales de las bibliotecas). El servicio se lanzó en septiembre de 2012 y en la actualidad ofrece una programación basada en proyectos informales semanales. Para más información sobre el programa os animamos a ver su sitio web y el video “A Day in the Life of The Labs”.
La entrevista está publicada en: https://youtu.be/-ITjDBz4vKk
Para facilitar la compresión de la entrevista en inglés hemos hecho una modesta traducción libre y abreviada de sus respuestas al español, pero os animamos a que le escuchéis a él; merece la pena.
-En los últimos años han aparecido muchos conceptos relacionados con la innovación y la creatividad: espacios de trabajo colaborativo, actividades “hazlo tú mismo”, “hackerspaces”, “makerspaces”, “FabLabs” o “ TechShops”. ¿Por qué crees que este tipo de movimiento está dándose ahora y por qué las bibliotecas están implicándose en él?
Me parece que el que este movimiento ocurra ahora tiene que ver en parte con la crisis económica y también como reacción a una sociedad cada vez más consumista; la gente se plantea más cómo puede hacer cosas por si misma. Ha habido muchos estudios sobre el valor del aprendizaje fuera del entorno académico tanto en adultos como en niños. Creo que esta educación «maker» surge como un fenómeno más bien de clase media alta (para su tiempo libre de fin de semana y ocio) pero se ha adaptado a un entorno como la biblioteca pública donde se intenta evitar la brecha de la desigualdad. En este sentido la biblioteca puede conseguir que gente que habitualmente no tiene acceso a estos recursos formativos pueda disponer de ellos. Sobre esto es lo que trata y se basa nuestro programa en la biblioteca.
El porqué se está dando en las bibliotecas tiene que ver con que han sido siempre lugares para la comunidad, donde todos podemos estar juntos y todos somos iguales. Es un lugar que promueven la alfabetización y el autoaprendizaje y por eso creo que es un buen lugar para ello.
– Centrados en los adolescentes, cuál crees que es la mejor forma de ofrecerles conocimiento desde las bibliotecas: ¿la ludificación, los proyectos creativos al estilo “makerspace” o la combinación de ambos?
Creo que es una combinación de ambas; básicamente se trata de ofrecer lo que quiera que les interese. La clave para mí son los mentores; expertos que están ahí para ayudarles, conocerles y trabajar con ellos…es lo que consigue que el proyecto funcione. Los jóvenes por naturaleza son curiosos y están interesados en aprender mientras sea algo que conecte con ellos. La gamificación puede ayudar a hacerlo más divertido y diferente de una clase pero si se lleva demasiado lejos puede resultar trivial o perder sentido; funciona mejor cuando es natural y responde a lo que les interesa.
-Los adolescentes son uno de los grupos de usuarios más difíciles de atraer a las bibliotecas puesto que en muchos casos son lectores reticentes. Parece muy buena idea engancharles mediante la tecnología pero también podría interpretarse como una forma de asumir que la lectura tradicional no funciona con ellos ¿qué piensas al respecto?
Cuando los usuarios vienen a la biblioteca tienen distintos intereses; alguien considerado como un lector reticente puede conectar mejor con otro tipo de aprendizaje más centrado en tecnologías o en hacer algo creativo por sí mismo…y puede que estando en la biblioteca acabe por ver el valor de los libros. Pero no necesariamente significa que tengan que acabar leyendo más. El personal les animará a explorar eso también porque es parte del aprendizaje…si estás interesado en aprender algo probablemente en algún momento tendrás que leer sobre ello como forma de obtener más información. Que no seas un buen lector no significa que no vayas a ser bienvenido en la biblioteca o que no sea relevante para tí y al mismo tiempo si a los buenos lectores les ofreces otro tipo de ideas o proyectos pueden interesarse igualmente por ello. Sea una cosa o la otra la que les interesa indirectamente pueden acabar aprendiendo sobre la otra también. La biblioteca en cualquier caso no es sólo cuestión de libros; se trata también de acceso a la información y aprendizaje.
-¿Cómo valoras el papel de las empresas colaboradoras de vuestra comunidad? ¿Cómo establecéis relaciones con los distintos grupos de la comunidad para que trabajen en colaboración con la biblioteca?
Lo más valioso de la biblioteca para las instituciones colaboradoras (ya sea una institución cultural o un museo) es que solo tienen una sede mientras que la biblioteca tiene una red de centros con nueve localizaciones, por lo que puede llegar donde ellos no tienen presencia y ni audiencia…suelen estar deseosos de colaborar con nosotros. Por otro lado a la biblioteca le sirve para dar a los usuarios acceso a expertos en diferentes temas sobre los que los bibliotecarios pueden no tener conocimiento. También hay en nuestro programa artistas residentes y voluntarios que pueden ayudar a los formadores. Al final el programa es una combinación de formar al personal, de traer gente nueva creativa que participa como colaboradora y conectar con organizaciones externas y sus expertos, para que el usuario pueda beneficiarse de cosas que no sabían que había en su entorno y mejorar su experiencia en el uso de la biblioteca.
-¿Qué le sugerirías a una biblioteca que esté interesada en tener un “makerspace” con un presupuesto bajo?
Es difícil, porque el dinero es un factor importante pero creo que recomendaría que intentaran conocer bien a sus usuarios mediante conversaciones, encuestas o lo que quiera que pueda ser para crear servicios que tengan interés y sean útiles para ellos. En mi programa hacemos un poco de todo y tenemos una buena financiación para intentarlo pero si tienes idea de lo que puede interesar más a tus usuarios puedes conseguir que el dinero esté invertido más sabiamente. También es una cuestión de filosofía de trabajo basada en proyectos. Nosotros tenemos muchos colaboradores que están interesados en hacer sesiones gratuitamente a cambio de poder anunciarse y porque en general tienen una apreciación positiva de la biblioteca. Se puede hacer talleres de cocina o de costura, o talleres tecnológicos utilizando herramientas gratuitas (como esta aplicación que estamos usando para el taller de stop-motion) mediante esta filosofía basada en proyectos con una aproximación similar a la que se utilizaría para hacer un taller de impresión en 3D pero gastando menos dinero.