Antes de 1920 había más mujeres trabajando en la industria del cine en Estados Unidos, en todos los ámbitos de producción, que en cualquier otro momento de la historia, incluido el presente. En Hollywood, las mujeres, además de ser las estrellas más populares, ocupaban puestos creativos destacados y de gran responsabilidad, acumulando más poder que ninguna otra industria. Sin embargo, sólo unas pocas de estas pioneras consiguieron resistir a la progresiva desaparición de las mujeres que tuvo lugar en la década de los 20 con el desarrollo del studio system y la reorganización corporativa que supuso. Las que lograron permanecer dejaron una marca indeleble en la historia del cine americano.
Este ciclo de cine público y gratuito, presentado por los programas American Space Madrid y American Cultural Studies, tiene como objetivo arrojar un poco de luz sobre el papel tan crucial que jugaron estas mujeres excepcionales, delante y detrás de la cámara, en la época dorada del Hollywood de los años 30 y 40. El ciclo se compone de una pequeña selección de películas que nos brinda la oportunidad de entender mejor la genealogía de Hollywood y cómo la industria del cine, en un momento dado, ofrecía tremendas oportunidades profesionales a las mujeres, así como de disfrutar algunas de las mejores películas jamás producidas.
Frances Marion, conocida como la voz de Hollywood, fue la guionista más prolífica y de mayor éxito de su época. Tiene en su haber más de 300 guiones y 130 películas producidas, que hicieron de ella “la mejor guionista del mundo del cine”. Desde 1917 también fue la mejor pagada (superando todos sus compañeros masculinos de profesión) en la época del cine mudo y brillando incluso más alto con la llegada del sonoro. Se llevó el Premio de la Academia en dos ocasiones, en 1930 y 1932, y obtuvo una tercera nominación en 1934.
Esta sofisticada pieza coral, producida con el todo el lujo de MGM, cuenta con algunas de las estrellas más destacadas de los años 30 (Jean Harlow, Marie Dressler, John Barrymore, Billie Burke, Lionel Barrymore) retratando distintos personajes de la alta sociedad neoyorkina. En Cena las ocho vemos a nuevos ricos intentando mezclarse con la élite establecida, la profunda amistad de una vieja gloria del teatro y su antaño admirador ahora hombre de negocios en apuros, una estrella de cine en decadencia rompiéndole el corazón a una joven heredera, una dama de sociedad empeñada en que nada ni nadie enturbie su elegante velada. Es una noche en la que todo y nada sucede, donde se nos invita a ser testigos de las intimidades y alegrías de estos personajes, tratados con cariño, finura y humor, sobre un telón de fondo absolutamente suntuoso supervisado por David O. Selznick y George Cukor.
Gestora cultural, experta en cine y doctora en Humanidades por la Universidad Carlos III de Madrid. Su tesis From Waste to Worth: Recycling Moving Images as a Means for Historical Inquiry se centra en la noción de la imagen en movimiento como una herramienta de pensamiento crítico, en concreto en casos que usan eventos históricos y sus registros audiovisuales.
Como gestora cultural ha desarrollado y producido diversos programas y eventos para instituciones como Medialab-Prado y ARCO. Coordinó el laboratorio ciudadano Retiro Experimenta, parte del programa pionero Experimenta Distrito, en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid. Como comisaria independiente fue responsable de la exposición Matar al padre. Ha publicado artículos en revistas especializadas y ha participado en congresos organizados por instituciones como APME, CENDEAC, el Instituto de Historiografía Julio Caro Baroja y la Universidad Carlos III de Madrid.
Actualmente es miembro del Grupo de Investigación, financiado por el Ministerio de Educación, Sujetos, emociones y estructuras. Para un proyecto de teoría social crítica, del Departamento de Humanidades: Filosofía, Lengua y Teoría Literaria de la Universidad Carlos III de Madrid.